La sesión de este jueves en la Cámara de Senadores de Entre Ríos volvió a dejar en evidencia la profunda crisis interna del peronismo provincial, esta vez en torno al tratamiento del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo para reestructurar la deuda en dólares heredada de la gestión de Gustavo Bordet.
La iniciativa, que declara prioritaria la sostenibilidad de la deuda pública provincial y autoriza al Gobierno a negociar con acreedores la extensión de los vencimientos, fue aprobada con 12 votos a favor, gracias al acompañamiento de los senadores Nancy Miranda, Patricia Díaz, Juan Pablo Cosso y Gladys Domínguez, junto al interbloque de Juntos por Entre Ríos.
En contraste, parte del bloque de Más Para Entre Ríos votó en contra, entre ellos Víctor Sanzberro, Claudia Silva y Marcelo Berthet, quienes cuestionaron la falta de información sobre los términos de la reestructuración y advirtieron que el proyecto podría implicar nueva deuda sin garantías de sostenibilidad.
Este nuevo quiebre se suma al cuadro de dispersión que atraviesa el peronismo entrerriano, que llegará a las elecciones legislativas de octubre con cuatro listas en competencia interna, reflejo de una crisis de conducción que se replica en el ámbito legislativo.
La votación no fue un trámite más: significó la confirmación de un peronismo fracturado, sin liderazgo visible y cada vez más lejos de recuperar la unidad. En un contexto de alta sensibilidad institucional, la falta de cohesión en temas estratégicos como la deuda pública expone una debilidad política que podría tener consecuencias en la representación parlamentaria y en el posicionamiento electoral del espacio.